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2698757 Journal of Optometry 2013 9 Pages PDF
Abstract

Age related macular degeneration (AMD) is the leading cause of blindness in individuals older than 65 years of age. It is a multifactorial disorder and identification of risk factors enables individuals to make lifestyle choices that may reduce the risk of disease. Collaboration between geneticists, ophthalmologists, and optometrists suggests that genetic risk factors play a more significant role in AMD than previously thought. The most important genes are associated with immune system modulation and the complement system, e.g., complement factor H (CFH), factor B (CFB), factor C3, and serpin peptidase inhibitor (SERPING1). Genes associated with membrane transport, e.g., ATP-binding cassette protein (ABCR) and voltage-dependent calcium channel gamma 3 (CACNG3), the vascular system, e.g., fibroblast growth factor 2 (FGF2), fibulin-5, lysyl oxidase-like gene (LOXL1) and selectin-P (SELP), and with lipid metabolism, e.g., apolipoprotein E (APOE) and hepatic lipase (LIPC) have also been implicated. In addition, several other genes exhibit some statistical association with AMD, e.g., age-related maculopathy susceptibility protein 2 (ARMS2) and DNA excision repair protein gene (ERCC6) but more research is needed to establish their significance. Modifiable risk factors for AMD should be discussed with patients whose lifestyle and/or family history place them in an increased risk category. Furthermore, calculation of AMD risk using current models should be recommended as a tool for patient education. It is likely that AMD management in future will be increasingly influenced by assessment of genetic risk as such screening methods become more widely available.

ResumenLa degeneración macular asociada a la edad (DMAE) constituye la causa principal de ceguera en personas mayores de 65 años. Se trata de un trastorno multifactorial, en el que la identificación de los factores de riesgo permite a las personas la elección de aquellos estilos de vida que pueden reducir el riesgo de la enfermedad. La colaboración entre genetistas, oftalmólogos y optometristas sugiere que los factores genéticos de riesgo juegan un papel más significativo en la DMAE que lo que se pensaba hasta ahora. Los genes más importantes están asociados a la modulación del sistema inmune y al sistema del complemento, como el factor H (CFH), el factor B (CFB) y el factor C3 del complemento, y el inhibidor de la peptidasa tipo serpina (SERPING1). También se ha implicado a los genes asociados al transporte a través de membranas, como las proteínas cassette de unión a ATP (ABC) y la subunidad gamma 3 de los canales del calcio dependientes de voltaje (CACNG3), al sistema vascular, como el factor 2 de crecimiento de fibroblastos (FGF2), la fibulina 5, los genes de tipo lisil oxidasa (LOXL1) y la selectina-P (SELP), y al metabolismo lipídico, como la apolipoproteína E (APOE) y la lipasa hepática (LIPC). Además, diversos otros genes muestran también cierta asociación estadística con la DMAE, como la proteína 2 de susceptibilidad a la maculopatía asociada a la edad (ARMS2) y el gen de la proteína de reparación de la escisión de ADN (ERCC6), aunque se precisa seguir investigando para establecer su significación. Los factores modificables del riesgo de DMAE deberán ser discutidos con los pacientes cuyo estilo de vida y/o historia familiar les sitúan en una categoría de riesgo incrementado. Además, debería recomendarse el cálculo del riesgo de DMAE utilizando los modelos actuales, como herramienta de educación al paciente. Es previsible que el tratamiento futuro de la DMAE se vea crecientemente influenciado por la evaluación del riesgo genético, y que por tanto estos métodos sean cada vez mas ampliamento aplicados.

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