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2756587 EMC - Anestesia-Reanimación 2015 17 Pages PDF
Abstract

La diabetes, en particular de tipo 2, es un problema de salud pública con un impacto humano, social y económico en crecimiento. Sus complicaciones hacen que la morbilidad y las intervenciones quirúrgicas sean mucho mayores que en la población general. El riesgo quirúrgico depende básicamente de las complicaciones degenerativas de la diabetes, sobre todo cardiovasculares o del sistema nervioso autónomo. Una concentración de hemoglobina glucosilada superior al 7% se asocia a un riesgo más elevado de comorbilidades y complicaciones postoperatorias (por ejemplo, infección del sitio quirúrgico o mala cicatrización). La consulta de anestesia permite, además de analizar las lesiones degenerativas, evaluar la calidad del equilibrio metabólico, identificar a los pacientes con riesgo de hipoglucemia, adaptar los tratamientos y solicitar las pruebas complementarias necesarias. Sin signos de gastroparesia, el diabético puede recibir un suministro de líquidos claros hasta 2 horas antes de la cirugía, ya que su vaciamiento gástrico no es distinto al de la persona sana. Ningún agente anestésico está específicamente indicado o contraindicado en el paciente diabético. Los datos de las publicaciones y las prácticas de anestesia, sobre todo en el contexto ambulatorio, están a favor de la anestesia locorregional (ALR). Una atención muy especial debe prestarse durante la intervención a la protección de los puntos de apoyo. En el contexto de la cirugía ambulatoria, la intervención al comienzo del programa del quirófano debe permitir una colación a la hora del almuerzo y el alta al final de la tarde, después de un último control de la glucemia. En los pacientes diabéticos con comorbilidades estabilizadas, una glucemia perioperatoria inferior a 10 mmol/l (1,8 g/l) es un objetivo suficiente.

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