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2756653 EMC - Anestesia-Reanimación 2011 10 Pages PDF
Abstract
La curarización peroperatoria debe ajustarse a los principios de miorrelajación de la anestesia y la cirugía. La monitorización neuromuscular se ha de considerar como una ayuda a la prescripción y debe acompañar al anestesista en todo el procedimiento anestésico y quirúrgico, tal como lo recomiendan los profesionales de referencia. La diferencia de sensibilidad de los músculos a los curares es un concepto fundamental que justifica un uso razonable de la monitorización neuromuscular, sin la cual el anestesista no puede alcanzar sus objetivos. La aceleromiografía y la cinemiografía son las únicas técnicas que se aplican actualmente en la práctica clínica. Se utilizan dos sitios: el nervio cubital en la muñeca para evaluar el aductor del pulgar, y el ramo temporal del nervio facial para evaluar el músculo superciliar. El tren de cuatro en el aductor del pulgar es el que se emplea con más frecuencia (por no decir de forma exclusiva), pero desde la aparición del sugammadex (el nuevo agente de reversión de los curares esteroideos) es necesario el recuento postetánico para responder a ciertas exigencias quirúrgicas y a las normas de prescripción de este agente. Los agentes de reversión deben indicarse ampliamente, siempre con la guía de la monitorización. Esto no significa que no deba verificarse la recuperación completa del bloqueo neuromuscular. El sugammadex es un tratamiento innovador. Su asociación a la monitorización neuromuscular debería resolver el problema de la curarización residual postoperatoria.
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