Article ID | Journal | Published Year | Pages | File Type |
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2867002 | Anales de Cirugía Vascular | 2009 | 6 Pages |
Abstract
Se supone que el tratamiento mediante la implantación de un stent carotÃdeo (SC) de las reestenosis ocurridas tras una endarterectomÃa carotÃdea (EAC) tiene menos complicaciones que la colocación de un SC en lesiones ateroscleróticas primarias (LAP). Se ha propuesto que los intervencionistas podrÃan limitar inicialmente el SC para los casos de reestenosis, mientras adquieren experiencia adicional durante la curva de aprendizaje. Sin embargo, existen pocos estudios que comparen de forma objetiva los resultados de ambos grupos de pacientes para sostener esta afirmación. Analizamos los resultados obtenidos de forma prospectiva sobre los SC implantados en nuestro centro desde 1996 hasta abril de 2006. Se compararon las tasas de complicaciones entre la implantación de un SC por reestenosis frente a LAP. Los criterios de valoración especÃficos que se estudiaron fueron la tasa de ictus y de mortalidad intrahospitalarias y a los 30 dÃas. Se registró además la incidencia de accidentes isquémicos transitorios (AIT). Se registraron las caracterÃsticas demográficas de los pacientes (sexo, edad, hipertensión arterial, diabetes mellitus, arteriopatÃa coronaria, tabaquismo, hipercolesterolemia y presencia de sÃntomas neurológicos preoperatorios). Un neurólogo examinó a todos los pacientes antes y después de la implantación de un SC. Se excluyó del análisis a los pacientes con un SC implantado previamente con restenosis intrastent, con estenosis en tándem de las arterias carótida común e interna, y con lesiones ostiales del cayado aórtico. Cumplieron los criterios de inclusión de este estudio 217 SC implantados en 210 pacientes. Las indicaciones para la implantación de un SC fueron la reestenosis (n = 118, 54%) y la LAP (n = 99, 46%). Las caracterÃsticas demográficas de ambos grupos eran comparables a excepción de la hipercolesterolemia, que fue más frecuente en el grupo de LAP. Las tasas de ictus e ictus y mortalidad a los 30 dÃas de toda la serie fueron del 2,8 y 4,1%, respectivamente. En esta cohorte, las tasas de ictus e ictus más mortalidad a los 30 dÃas no difirieron de forma significativa entre los grupos de pacientes con reestenosis (2,5 y 5,1%) y LAP (3,0 y 3,0%). En el grupo de pacientes con reestenosis, estos resultados también fueron similares cuando se comparó a los pacientes tratados por una recurrencia tardÃa (> 24 meses tras la EAC, n = 49) con los tratados por una recurrencia precoz (⤠24 meses tras la EAC, n = 67). La combinación de ictus y AIT fue la única situación en la que se observaron diferencias entre los grupos de pacientes con recurrencia tardÃa (10,0%) y precoz (1,5%) (p = 0,049). En contra de la opinión general, las tasas de ictus e ictus más mortalidad a los 30 dÃas tras la implantación de un SC no difirieron de forma significativa entre los casos de restenosis y LAP. Se observaron únicamente unas tasas de episodios neurológicos con la implantación de SC en reestenosis precoces menores en comparación con las restenosis tardÃas tras EAC, cuando los AIT se incluyeron en el análisis como criterio de valoración. Por tanto, la implantación de un SC en los casos de reestenosis no debe considerarse una intervención de bajo riesgo. La habilidad técnica para la implantación de un SC debe ser equivalente, independientemente de la etiologÃa de la estenosis. Estas observaciones también subrayan la necesidad de una selección adecuada y de un seguimiento estrecho de los pacientes tratados con un SC.
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Authors
Salvador Cuadra, Robert W. Hobson, Brajesh K. Lal, Jonathan Goldstein, Elie Chakhtoura, Zafar Jamil,