Article ID | Journal | Published Year | Pages | File Type |
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3197006 | EMC - Dermatología | 2009 | 17 Pages |
La piel clásicamente denominada «negra» se caracteriza por la importancia de las reacciones discrómicas secundarias a la mayoría de las dermatosis, resultado de su hiperpigmentación relativa genéticamente determinada y variable según la etnia, la edad, el sexo y la exposición solar. Las diferencias de prevalencia de las enfermedades dependen principalmente de determinismos geográficos o epidemiológicos. De hecho, no existe una verdadera especificidad, aunque algunas entidades estén poco o no descritas en la piel denominada «blanca» (dermatosis papulosa nigra, queratodermia punteada palmar, hipomelanosis maculosa confluyente progresiva, acné queloideo, seudofoliculitis de la barba, dactilólisis espontánea [ainhum]). El uso cosmético de productos despigmentantes o blanqueadores es frecuente en algunos países africanos subsaharianos. El uso prolongado de ciertos compuestos farmacológicos (hidroquinona, dermocorticoides, mercurio) puede causar complicaciones cutáneas (discromía, ocronosis exógena, acné e hipertricosis, estrías, micosis, piodermitis, erisipela, escabiosis, dermitis de contacto, etc.) o efectos adversos sistémicos.