Article ID | Journal | Published Year | Pages | File Type |
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3287259 | EMC - Técnicas Quirúrgicas - Aparato Digestivo | 2006 | 14 Pages |
Abstract
Ante un paciente que ha sufrido un traumatismo y que presenta una hemorragia intraabdominal grave, la decisión de practicar una laparotomÃa abreviada depende del conocimiento que tenga el cirujano de los riesgos de coagulopatÃa del paciente. En los heridos, los criterios principales empleados para tomar la decisión son los antecedentes, la presencia de lesiones asociadas, la gravedad de la hemorragia (volumen transfundido) y del shock y la existencia de hipotermia y acidosis. Esta estrategia impone un acuerdo entre el anestesista-reanimador y el cirujano. Desde el punto de vista técnico, la intervención debe limitarse a conseguir la hemostasia lo antes posible para reducir la necesidad de transfusiones, evitar la pérdida de calor por el peritoneo y permitir la reanimación en un medio especializado. A menudo, esta hemostasia se practica mediante la colocación de campos quirúrgicos o compresas (taponamiento, sobre todo hepático y retroperitoneal) y el pinzamiento o ligadura de los vasos afectados. Las alteraciones digestivas y de la vÃa urinaria se tratan también con procedimientos provisionales rápidos como sutura simple, ligadura, uso de pinzas mecánicas o drenaje. La pared debe cerrase sin tensión para evitar el sÃndrome del compartimento abdominal, utilizando prótesis en caso necesario. La embolización arterial radiológica ocupa un puesto destacado en esta estrategia. La decisión de practicar una laparotomÃa es delicada en las primeras horas. Por el contrario, en los dÃas siguientes puede haber muchas indicaciones para las reintervenciones exploratorias o de reparación programadas.
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Authors
C. (Praticien hospitalier), C. (Professeur des Universités, praticien hospitalier),