Article ID | Journal | Published Year | Pages | File Type |
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3465323 | EMC - Tratado de Medicina | 2012 | 6 Pages |
Los dermocorticoides han transformado la terapéutica dermatológica desde que, en la década de 1950, se empezó a utilizar la hidrocortisona por vía tópica. Desde entonces, se han sintetizado compuestos derivados más potentes y las indicaciones de los dermocorticoides se han multiplicado. En la actualidad, existen unas veinte moléculas diferentes que están clasificadas según su actividad antiinflamatoria. Numerosas afecciones cutáneas, sobre todo inflamatorias o tumorales, son sensibles a los dermocorticoides. Con el fin de minimizar el riesgo de que aparezcan efectos adversos, locales o sistémicos, se deben respetar las normas establecidas, que tienen en cuenta la dermatosis tratada y su localización, así como las características del paciente. La elección del dermocorticoide (nivel de actividad, excipiente), su forma de aplicación (técnica, ritmo de aplicación) y la información al paciente y/o su entorno permiten obtener una óptima relación beneficio/riesgo.