Article ID | Journal | Published Year | Pages | File Type |
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3465732 | EMC - Tratado de Medicina | 2007 | 6 Pages |
Abstract
En la diabetes de tipo 2, la actividad fÃsica actúa de forma directa sobre el principal factor causal, es decir, la insulinorresistencia. Este efecto es más intenso en las fases iniciales de la enfermedad, cuando la insuficiencia secretora de la insulina no es muy acentuada. Medidas tan simples como 30 minutos diarios de marcha rápida representan una verdadera prevención secundaria en las personas que padecen intolerancia a la glucosa, y se ha demostrado una mejorÃa metabólica en las que padecen una diabetes demostrada. Sin embargo, no eximen de algunos riesgos en caso de complicaciones, en especial podológicas y cardÃacas, por lo que resulta necesaria una evaluación. En la diabetes de tipo 1, la actividad fÃsica no ejerce un efecto terapéutico directo, pero cumple una función considerable en la calidad de vida de los pacientes. Los riesgos de desequilibrio, sobre todo de hipoglucemia, se pueden prevenir en general con una adaptación de la dieta y de los esquemas de insulinoterapia. Los análogos insulÃnicos recientes (rápidos y lentos), asà como las bombas subcutáneas, facilitan estas adaptaciones. En los dos tipos de diabetes, la educación terapéutica ocupa un lugar principal: en el tipo 2, ayudar y acompañar a los pacientes, que suelen ser reticentes; en el tipo 1, facilitar la autonomÃa de los pacientes, que por lo general la necesitan mucho, dándoles una mayor seguridad y una libertad más amplia. En los dos tipos de diabetes, la actividad fÃsica proporciona efectos favorables adicionales, ya que actúa sobre los otros factores de riesgo cardiovascular: el peso, la hipertensión arterial, los parámetros lipÃdicos y los factores de la coagulación.
Keywords
Related Topics
Health Sciences
Medicine and Dentistry
Medicine and Dentistry (General)
Authors
E. Mollet,