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4131832 EMC - Pediatría 2014 7 Pages PDF
Abstract

Las leches maternizadas y las leches de continuación son sustitutos de la leche materna que se utilizan en el primer año de vida, cuya composición debe responder a una reglamentación precisa. Permiten cubrir las necesidades nutricionales de los lactantes para lograr un crecimiento armónico. A lo largo del tiempo, las fórmulas han evolucionado para parecerse lo más posible a la leche materna, para evitar ciertos trastornos digestivos benignos del lactante o, más recientemente, para intentar prevenir la aparición de ciertas enfermedades. Por tanto, en el mercado existe una oferta considerable que puede causar confusión, no sólo en los progenitores, sino también en los profesionales sanitarios. En lo que respecta a la leche materna, ninguna leche infantil puede alegar una superioridad nutricional. Los fabricantes han de respetar la directiva de la Comisión Europea respecto a la composición de las preparaciones infantiles, por lo que no pueden variar la proporción de varios constituyentes según el objetivo médico y comercial buscado. La prescripción de las leches infantiles debe ser racional y, si es posible, basada en datos científicos. En algunas situaciones clínicas, se acepta y se debe recomendar la indicación de preparaciones infantiles específicas: prescripción de una leche preespesada en caso de reflujo gastroesofágico, de una leche sin lactosa en algunos casos de diarrea, de una leche hipoalergénica (HA) en caso de antecedentes atópicos familiares o de hidrolizados reforzados de proteínas de leche de vaca en caso de alergia a dichas proteínas. Para las otras enfermedades, como el estreñimiento, los cólicos, la insaciabilidad o la prevención de las infecciones, los efectos de las diferentes leches aún están por demostrar.

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