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4131844 EMC - Pediatría 2013 11 Pages PDF
Abstract
Las cefaleas primarias del niño y del adolescente incluyen la migraña, las cefaleas tensionales, las cefaleas trigeminovasculares y las cefaleas crónicas diarias. En la migraña sin aura, la cefalea, frontal y bilateral, dura menos que en el adulto. El aura más frecuente es visual, pero la tipología y la relación temporal con la cefalea son menos estereotipadas que en el adulto. Las cefaleas tensionales son leves o moderadas en intensidad y se perciben como una presión, sin más signos de acompañamiento que una fotofobia o una fonofobia. Se asocian a diversas comorbilidades. Las cefaleas trigeminovasculares, excepcionales en pediatría, asocian un dolor muy intenso de localización trigeminal y signos vegetativos con modalidades temporales distintas, que permiten distinguir entre algia vascular de la cara, hemicrania paroxística y síndrome SUNCT (Short lasting Unilateral Nevralgiform headache with Conjunctival injection and Tearing) o síndrome de cefalea neuralgiforme de corta duración con inyección conjuntival y lagrimeo. Por definición, las cefaleas crónicas diarias sobrevienen al menos 15 veces al mes. Problema de salud pública y de incidencia creciente, entre ellas prevalece la migraña crónica. Las dos comorbilidades principales son el abuso de analgésicos y los trastornos psicopatológicos. El diagnóstico de las cefaleas primarias ha sido facilitado por la segunda edición de la clasificación ICHD-II desarrollada por la International Headache Society (IHS). Salvo en la migraña sin aura, los criterios diagnósticos pediátricos no difieren de los del adulto. La conducta terapéutica, orientada por el análisis minucioso de los factores desencadenantes, de la repercusión funcional y de las comorbilidades somáticas y psiquiátricas debe ser, en el mejor de los casos, global y con una perspectiva multidisciplinaria biopsicosocial. En pocos estudios controlados se ha evaluado la eficacia de los medicamentos, salvo en la migraña, en la que el tratamiento de las crisis se basa en el ibuprofeno y el sumatriptán. Como medidas preventivas se han de preferir los métodos no farmacológicos como la relajación. Las prescripciones se adaptan a la situación concreta del paciente y deben volver a evaluarse con regularidad, poniendo énfasis en la prevención del abuso de analgésicos.
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