Article ID | Journal | Published Year | Pages | File Type |
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4131869 | EMC - Pediatría | 2012 | 9 Pages |
El reflujo gastroesofágico (RGE) del niño es un motivo muy frecuente de consulta pediátrica, sobre todo con relación a los lactantes. En la mayoría de los casos, el reflujo es benigno, no causa molestias y sólo necesita medidas higienicodietéticas. El RGE patológico del niño se define como un reflujo de contenido gástrico que produce síntomas molestos o complicaciones. En algunos casos, el reflujo gastroesofágico puede complicarse con esofagitis y, más raramente, con estenosis pépticas o endobraquiesófago. Aunque el cuadro típico en el niño de mayor edad se compone de vómitos, regurgitaciones y pirosis, los síntomas extradigestivos (otorrinolaringológicos [ORL], dentales, neurológicos, pulmonares) no son infrecuentes. La exploración de referencia para el diagnóstico del reflujo gastroesofágico ácido es la pHmetría de 24 horas. Sin embargo, la impedanciometría acoplada a la pHmetría permite distinguir un reflujo gaseoso de los reflujos líquidos ácidos o no ácidos y, muy probablemente, sustituirá a la pHmetría en los años venideros. La endoscopia alta permite observar el reflujo y sus complicaciones. Por su eficacia sobre la reducción de la secreción ácida y sus pocos efectos secundarios, los inhibidores de la bomba de protones ocupan hoy el primer plano del tratamiento del reflujo gastroesofágico patológico.