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4131947 EMC - Pediatría 2009 10 Pages PDF
Abstract

De todas las anomalías morfológicas del ser humano, las fisuras labiomaxilares uni o bilaterales y las fisuras velopalatinas siguen siendo las más frecuentes. Gracias a la ecografía tridimensional, el feto se puede observar, identificar, vigilar y medir. El descubrimiento a las 22 semanas de gestación de una fisura facial en un feto hace que la pareja efectúe una consulta prenatal con el cirujano terapeuta sobre la anomalía constatada. Esta consulta es obligatoria para que el nacimiento sea satisfactorio. En ella se pueden plantear todos los aspectos de la enfermedad presente y, sobre todo, organizar de forma anticipada (en función de la fecha prevista de parto) el protocolo quirúrgico de reparación que, en el caso de la fisura labiomaxilar o labial, se realiza a las 4 semanas de vida. La reparación precoz posnatal tendría como función devolver al niño la normalidad morfológica humana. El objetivo de este tratamiento es que la rápida reconstitución facial del niño tras el parto permita un desarrollo normal. Por tanto, el éxito se mide por la recuperación de la alimentación oral. El papel del pediatra es ofrecer consejos de alimentación e instaurar una vigilancia específica reforzada: otológica, logopédica, dental y psicológica, además de la vigilancia habitual (pondoestatural).

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Authors
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