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4132030 EMC - Pediatría 2010 9 Pages PDF
Abstract
El vértigo infantil es un síntoma que preocupa tanto a los médicos como a las familias. No obstante, es un síntoma poco específico que también puede ser tanto el signo de una afección digestiva («gastroenteritis») como de un trastorno ocular, un déficit vestibular o una migraña. El elemento que más ayuda para establecer el diagnóstico y el tratamiento más adecuado es el tipo de sensación que refiere el niño y que con demasiada rapidez se califica de «vértigo», los signos asociados (inestabilidad, caída, cefalea, fiebre) y el contexto en el que esto se produce («traumatismo craneal, síndrome infeccioso, migraña, fatiga ocular, etc.»). La anamnesis y un conocimiento adecuado de las distintas etiologías que se encuentran por orden de frecuencia en función de la edad, junto con la exploración física otoneurovestibular, ayudan a orientar el diagnóstico y permiten tomar una decisión razonada por orden de prioridad de las exploraciones complementarias (sin pruebas de imagen cerebral de entrada, que aún se solicitan con demasiada frecuencia y que suelen ser inútiles, no inocuas y caras), así como la solicitud de exploraciones más adecuadas, como el estudio oftalmológico y vestibular. Las pruebas de imagen mantienen algunas prioridades cuando existen signos neurológicos, un contexto traumático o una hipoacusia asociada al vértigo.
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