Article ID | Journal | Published Year | Pages | File Type |
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4268848 | EMC - Urología | 2006 | 11 Pages |
Abstract
El diagnóstico de vejiga neurógena puede ser evidente en caso de enfermedad congénita (por ejemplo, meningocele), pero mucho más difÃcil en caso de disrafia oculta o de trastorno médico. Una exploración fÃsica minuciosa y la práctica de pruebas urodinámicas suelen ser indispensables para el diagnóstico y el tratamiento de estos pacientes, ya que las correlaciones anatomoclÃnicas son pobres. Si bien la pérdida de orina es el sÃntoma más aparente y el que a menudo conduce al tratamiento, el objetivo principal del cirujano pediatra consiste en preservar las vÃas urinarias superiores. La evolución natural de la vejiga neurógena tiende hacia la destrucción del detrusor, la parálisis del trÃgono y la disinergia vesicoesfinteriana, y en realidad constituye una verdadera uropatÃa obstructiva. Por tanto, para caracterizar el tipo de incontinencia urinaria, la pérdida de orina se debe integrar en el contexto global de la función vesical. La micción ideal es voluntaria y completa, y sólo se puede concebir en el marco de una sinergia de acción entre un reservorio vesical de buena capacidad, una distensibilidad normal y resistencias esfinterianas suficientes. La continencia se logra entonces gracias al equilibrio entre esas distintas funciones, de tal forma que en la mayorÃa de los casos se precisa combinar tratamiento médico y quirúrgico. El cateterismo intermitente suele ser la clave para obtener una evacuación completa de la vejiga y, por consiguiente, la protección de las vÃas urinarias superiores. El incremento de la capacidad vesical, que al principio se perseguÃa con la administración de anticolinérgicos, hoy se consigue, en general, por medio de la cistoplastia de aumento. Para incrementar las resistencias esfinterianas se debe realizar una reconstrucción quirúrgica, en la mayorÃa de los casos asociada a la suspensión del cuello vesical, a un esfÃnter artificial o a las inyecciones por vÃa endoscópica. Para aplicar todas esas técnicas se tienen en cuenta el sexo, la edad y el ámbito social, pero también han de integrarse a una atención más completa, ya que los pacientes presentan muy a menudo trastornos ortopédicos, digestivos y sexuales. El propósito final es lograr que los enfermos tengan una vida social lo más aceptable posible.
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Health Sciences
Medicine and Dentistry
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Authors
J.-M. Guys, A. Camerlo, G. Hery,