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8777818 EMC - Ginecología-Obstetricia 2017 12 Pages PDF
Abstract
La anticoncepción estroprogestágena asocia un estrógeno, etinilestradiol o 17β-estradiol, y un progestágeno de síntesis. Según la naturaleza del progestágeno, se distinguen los anticonceptivos orales (AO) de primera, segunda (2G), tercera (3G) e incluso cuarta (4G) generación. La introducción de progestágenos cada vez menos androgénicos y cada vez más antigonadótropos ha permitido progresivamente mejorar la tolerabilidad de los AO y reducir la dosis de estrógeno. El principal riesgo de los AO es un aumento de las enfermedades cardiovasculares, en particular accidentes tromboembólicos venosos (TEV). Los estrógenos son los únicos responsables directos de estos accidentes, pero la naturaleza del progestágeno modula su acción. Por ejemplo, el riesgo de accidente TEV con los AO se multiplica aproximadamente por 2 con los AO 2G y por cuatro con los AO 3G/4G, lo cual justifica prescribir como primera elección un AO 2G. El riesgo TEV es máximo en los primeros meses tras el inicio de la toma del AO en una adolescente. También aumenta claramente con el tabaquismo y después de los 35 años. Los AO aumentan ligeramente la incidencia de cáncer de mama, de cuello uterino y de hígado, pero disminuyen más intensamente la incidencia de cáncer de ovario, de endometrio y de colon/recto. El efecto global es una disminución de la mortalidad prematura por cáncer. Los AO tienen y seguirán teniendo un lugar importante en anticoncepción, porque su tolerabilidad es globalmente excelente. Mejoran la calidad de vida al reducir mucho los trastornos del ciclo y los trastornos ginecológicos funcionales. Sin embargo, la prevención de los accidentes cardiovasculares impone un respeto estricto de las contraindicaciones de los AO, incluso una redefinición de estas contraindicaciones, en particular en caso de tabaquismo.
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Health Sciences Medicine and Dentistry Obstetrics, Gynecology and Women's Health
Authors
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