Article ID | Journal | Published Year | Pages | File Type |
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8807379 | EMC - Pediatría | 2017 | 11 Pages |
Abstract
La insuficiencia renal crónica es una afección poco frecuente en el niño pero que sin embargo necesita un tratamiento adecuado y muy especializado. Las etiologÃas principales son las anomalÃas congénitas de los riñones y de la vÃa urinaria, anomalÃas genéticas y glomerulares. Gran parte de las hipodisplasias renales pueden ser diagnosticadas durante la etapa prenatal. Otras veces el diagnóstico puede ser más tardÃo, cuando los sÃntomas no se detectan por ser casi siempre inespecÃficos y de desarrollo progresivo. Entre los signos de alarma cabe citar un sÃndrome de poliuria-polidipsia o, a la inversa, la presencia de edemas, hipertensión arterial, hematuria macroscópica, astenia, anorexia o retraso de crecimiento. Los estudios biológicos y ecográficos determinarán la gravedad, la repercusión y, probablemente, la etiologÃa de la afección renal. En el niño, la función renal puede ser evaluada por el aclaramiento de la creatinina, que se calcula con la fórmula de Schwartz (36,5 Ã estatura [cm]/creatininemia [μmol/l]). El tratamiento consiste en tratar la causa siempre que sea posible y en medidas de nefroprotección y tratamientos conservadores. Asimismo, cualquier factor agravante debe ser prevenido y tratado. Los tratamientos medicamentosos (suplementos vitamÃnicos, quelantes de potasio y de fósforo, eritropoyetina, hormona del crecimiento, etc.) se van adaptando según la vigilancia clÃnica y biológica. La evolución hacia la insuficiencia renal terminal plantea la necesidad de una depuración extrarrenal (hemodiálisis o diálisis peritoneal) o de un trasplante renal, que debe ser prioritario siempre que sea posible.
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Authors
G. Roussey, E. Allain-Launay,