Article ID | Journal | Published Year | Pages | File Type |
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8807384 | EMC - Pediatría | 2017 | 9 Pages |
Abstract
En el niño, un sÃndrome hemorrágico puede manifestarse bajo diversos aspectos clÃnicos y tener etiologÃas muy variadas. Ante cualquier sÃndrome hemorrágico, es preciso identificar el tipo de hemorragia, valorar la gravedad de dicho sÃndrome, buscar elementos clÃnicos y biológicos que puedan orientar hacia una determinada etiologÃa y descartar de entrada las etiologÃas más graves, que puedan comprometer el pronóstico vital. Mediante la anamnesis y la exploración fÃsica es posible determinar el tipo de hemorragia (cutaneomucosa, articular, muscular, etc.), el contexto en el que ha aparecido, el modo de inicio y la abundancia del sangrado. Las etiologÃas más graves deben descartarse lo antes posible, en particular el déficit grave de un factor de coagulación, la sospecha de maltrato, una hemopatÃa maligna o una púrpura fulminante, para adoptar la actitud terapéutica más adecuada. La presencia de otros signos clÃnicos asociados al sÃndrome hemorrágico facilita el diagnóstico (organomegalia, adenopatÃa, choque séptico), y las pruebas de laboratorio contribuyen a definirlo: búsqueda de una trombocitopenia mediante recuento de plaquetas, búsqueda de un déficit de un factor de coagulación (tiempo de Quick, tiempo parcial de tromboplastina activada, fibrinógeno), búsqueda de un déficit del factor de Von Willebrand, sospecha de una trombocitopatÃa (Platelet Function Analyzer [PFA-100], estudios de las funciones plaquetarias), determinación especÃfica del factor XIII. El conjunto de estos elementos clÃnicos y biológicos permite establecer un diagnóstico y adoptar la actitud terapéutica más adecuada.
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Authors
A. (Praticien hospitalier), C. (Praticien hospitalier),