Article ID | Journal | Published Year | Pages | File Type |
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9264070 | EMC - Aparato Locomotor | 2005 | 18 Pages |
Abstract
La mitad de las tuberculosis osteoarticulares tienen una localización extravertebral. Esta enfermedad sigue siendo frecuente en zonas donde hay endemia de tuberculosis y en los paÃses desarrollados no es excepcional en inmigrantes o personas inmunodeprimidas. Se trata de una tuberculosis paucibacilar, casi siempre debida a la reactivación de bacilos de Koch (BK) latentes. Se distinguen las artritis o artrosis y las osteomielitis. Se pueden localizar en cualquier zona del organismo. Las principales caracterÃsticas son: cuadro clÃnico subagudo o crónico, carácter inconstante de los signos generales y del sÃndrome inflamatorio, radiologÃa a menudo evocadora, absceso frÃo e incluso fÃstula. La tuberculosis articular supone una afectación progresivamente destructiva. La resonancia magnética (RM) es una prueba satisfactoria para la evaluación local. El diagnóstico puede plantearse si se manifiesta una tuberculosis visceral o ganglionar asociada. En la mayorÃa de los casos se basa en la obtención de una muestra local, con la realización de pruebas bacteriológicas o anatomopatológicas. El pronóstico depende de la precocidad del diagnóstico, del adecuado cumplimiento del tratamiento y de las caracterÃsticas del paciente. La mayorÃa de los expertos recomienda que el tratamiento antibiótico antituberculoso dure al menos 9-12 meses. La cirugÃa, que ya no se utiliza tanto, puede ser precoz (drenaje de un absceso, sinoviectomÃa o desbridamiento articular) o más tardÃa (artrodesis, prótesis). Si se coloca una prótesis de cadera o de rodilla, hay que respetar un perÃodo de quiescencia suficiente, y la intervención debe efectuarse después de reanudar el tratamiento antituberculoso.
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Medicine and Dentistry
Immunology, Allergology and Rheumatology
Authors
E. (praticien hospitalier Ancien chef de clinique des Universités),