Article ID | Journal | Published Year | Pages | File Type |
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9264071 | EMC - Aparato Locomotor | 2005 | 24 Pages |
Abstract
El lupus sistémico es una enfermedad autoinmunitaria que se caracteriza por una afectación cutaneoarticular, visceral (riñón, sistema nervioso, serosas) y hematológica. Ante la existencia de distintos grupos de sÃntomas, se han propuesto criterios de clasificación útiles para comparar las cohortes, pero inadecuados para un diagnóstico individual. El agrupamiento de las principales manifestaciones clÃnicas permite distinguir las formas llamadas benignas, sobre todo cutaneoarticulares y serosas (pleuropericarditis), de las formas graves, viscerales, renales, neurológicas centrales, hematológicas (trombocitopenia, anemia hemolÃtica) y trombóticas. El diagnóstico inmunológico se basa en la demostración de tÃtulos elevados de anticuerpos antinucleares, por lo general de aspecto homogéneo o moteado, y con menor frecuencia, de anticuerpos antiácido desoxirribonucleico (ADN) nativo o antinucleosomas. De igual manera, otros autoanticuerpos son útiles para el diagnóstico, aunque menos constantes: anti-Sm, antirribosomales. Los anticuerpos antifosfolÃpidos se asocian una de cada tres veces a complicaciones trombóticas, arteriales o venosas, o a accidentes obstétricos. La enfermedad evoluciona de forma espontánea en crisis sucesivas más o menos regresivas. El pronóstico depende de la gravedad de las secuelas viscerales después de un tratamiento adecuado, con una mortalidad del 1% por cada año de antigüedad de la enfermedad. La terapia consiste en tratamientos sintomáticos (aspirina, hipotensores, hipolipidemiantes, anticoagulantes), medicaciones de acción lenta (antipalúdicos de sÃntesis, metotrexato, etc.), corticoides en dosis adaptadas a la gravedad de las manifestaciones clÃnicas e inmunosupresores (ciclofosfamida, azatioprina, micofenolato).
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Health Sciences
Medicine and Dentistry
Immunology, Allergology and Rheumatology
Authors
O. Meyer,