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9365215 EMC - Pediatría 2005 11 Pages PDF
Abstract
El reflujo gastroesofágico (RGO) en el niño puede presentarse bajo múltiples formas clínicas, aisladas o asociadas. En el lactante, los primeros signos son vómitos que pueden tratarse en las formas simples mediante comidas espesas, posición semisentada y, en caso necesario, mediante procinéticos y antiácidos. En caso de esofagitis, complicación bastante frecuente que exige realizar una endoscopia esofágica, el tratamiento asocia de manera preferente un inhibidor de la bomba de protones y un procinético. Aparte de las formas digestivas, el reflujo gastroesofágico puede afectar a las vías respiratorias altas (otorrinolaringológico [ORL], supraglóticas) y bajas (asma y bronquios). Estos mismos signos se encuentran en los niños mayores. El diagnóstico se basa en un interrogatorio minucioso con la ayuda de una pHmetría para confirmar el reflujo ácido, sabiendo que en los niños pequeños con frecuencia los reflujos no son ácidos, algo que en la actualidad se puede diagnosticar gracias a un nuevo método, la impedanciometría endoluminal. Hoy en día, en el caso de lactantes que sufran un reflujo gastroesofágico, se recomienda buscar una intolerancia o una alergia alimentaria para adaptar mejores tratamientos. Se plantea la cirugía (de tipo Nissen), gracias a la cual se logran buenos resultados, en caso de que fracasen los tratamientos médicos prolongados.
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