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10517443 Reproductive Health Matters 2005 10 Pages PDF
Abstract
Las exigencias de islas pequeñas y un legado de jurisprudencia colonial crean el marco para este estudio de tres años (2001-2003) sobre la práctica de abortos en Anguilla, Antigua, San Kitts, San Martin y San Maarten. Mediante entrevistas a profundidad con 26 médicos, 16 de quienes efectuaban abortos, se encontró que los médicos autorizados para ejercer realizan abortos de manera rutinaria en contravención de la ley. Estos servicios, tolerados por los gobiernos y legitimados por normas europeas, son el pilar de la atención del aborto en estas islas caribeñas. El aborto con medicamentos estaba practicándose bajo supervisión médica y mediante automedicación. Las mujeres viajaban para encontrar servicios anónimos y para tener acceso a determinado método, prestador de servicios o establecimiento de salud. A veces se conformaban con un método menos aceptable si no podían pagar por uno más cómodo. La legalidad no fue el factor determinante para el método seleccionado. Aunque la mayoría de los prestadores de servicios de aborto aceptaban la situación actual como satisfactoria, nuestroshallazgossugieren que las leyes restrictivas obstaculizan el acceso a los servicios y comprometen la calidad de la atención. Mientras que los médicos tienen la libertad y los conocimientos para practicar abortos ilegales, las mujeres no tienen ningún derecho legal a estos servicios. Las entrevistas indican que un número creciente de mujeres están autoinduciendo abortos con misoprostol para evitar los médicos, las altas tarifas y el estigma público. La Iniciativa Caribeña de Aborto y Anticoncepción está organizando reuniones, capacitando a los proveedores y creando un foro público a favor de la despenalización del aborto y el mejoramiento de estos servicios.
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