Article ID | Journal | Published Year | Pages | File Type |
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3288297 | Gastroenterología y Hepatología | 2013 | 9 Pages |
ResumenEste artículo resume las principales novedades en el ámbito de la hemorragia gastrointestinal no varicosa comunicadas en el último Congreso Americano de Gastroenterología (DDW) en el año 2013. Se han de destacar algunos estudios que han aportado conocimientos en áreas de incertidumbre. En este sentido, y entre otros hallazgos, se ha comunicado que la administración de inhibidores de la bomba de protones (IBP) previa a la endoscopia o la realización de esta de manera precoz, antes de las 6 h de la admisión del paciente con hemorragia digestiva alta (HDA), o de la colonoscopia en las primeras 24 h para hemorragia digestiva baja, no mejora el pronóstico de estas. Igualmente se ha señalado que la administración oral de IBP tras la hemostasia endoscópica puede no ser inferior a los resultados obtenidos con IBP por vía intravenosa. En el campo de la terapia endoscópica destacaría el tratamiento con ablación por radiofrecuencia para la ectasia vascular antral. En el campo de la HDA y antiinflamatorios no esteroideos (AINE), nuevos datos confirman el riesgo de sufrir episodios cardiovasculares tras interrumpir el tratamiento con ácido acetilsalicílico por una HDA, el riesgo incrementado de esta al asociar fármacos gastrotóxicos y la necesidad de conocer los diferentes riesgos gastrointestinales y cardiovasculares de los diferentes AINE y coxibs al realizar la prescripción. Finalmente se ha señalado que existen evidencias para considerar que tanto factores ambientales como genéticos están involucrados en la susceptibilidad individual de sufrir hemorragia gastrointestinal.
This article summarizes the main studies in the field of non-variceal gastrointestinal bleeding reported in the last American Congress of Gastroenterology (Digestive Disease Week) in 2013. Some of these studies have provided new knowledge and expertise in areas of uncertainty. In this context and among other findings, it has been reported that the administration of a proton pump inhibitor (PPI) prior to endoscopy or the early performance of endoscopy–within 6 hours of admission in patients with upper gastrointestinal bleeding (UGIB) (or colonoscopy within 24 hours in patients with lower gastrointestinal bleeding)–does not improve the prognosis of the event. It has also been reported that oral administration of a PPI after endoscopic hemostasis may produce a similar outcome to that of intravenously administered PPI in patients with upper gastrointestinal bleeding (UGIB). In the field of endoscopic therapy, the use of radiofrequency ablation for antral vascular ectasia is of interest. Regarding UGIB and nonsteroidal antiinflammatory drugs (NSAIDs), new data confirm the risk of cardiovascular events by stopping treatment with acetylsalicylic acid (ASA) after an episode of UGIB, the increased risk of UGIB when associating gastrotoxic drugs, and the need to identify both the gastrointestinal and cardiovascular risks of each NSAID and coxib when prescribing these agents. Finally, there is evidence that both environmental and genetic factors are involved in individual susceptibility to gastrointestinal bleeding.