کد مقاله | کد نشریه | سال انتشار | مقاله انگلیسی | نسخه تمام متن |
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3349212 | 1216293 | 2014 | 10 صفحه PDF | دانلود رایگان |

El pie cavo, más frecuente que el pie plano, es una deformidad que suele tolerarse bien pero que debe diagnosticarse con precocidad, porque puede ser el primer signo de una afección neurológica denominada enfermedad de Charcot-Marie-Tooth. Esta etiología neurológica debe descartarse con ayuda de todos los medios diagnósticos clínicos y las pruebas complementarias disponibles. El diagnóstico de pie cavo es fácil de establecer ante la presencia de una «joroba» en el dorso del pie que intriga y molesta al paciente; esta deformidad se debe a la verticalización del calcáneo y de los metatarsianos secundaria a una acentuación de la curvatura longitudinal del canal osteoarticular inferior del pie; a menudo, se observa una desviación horizontal asociada del antepié en pronación. El diagnóstico se confirma con ayuda del podoscopio, que estudia la huella plantar en carga y permite precisar el nivel de gravedad, así como con radiografías en distintas proyecciones y con diferentes referencias. En general, el tratamiento ortopédico suele ser suficiente en el niño, así como el uso de ortesis plantares en el adolescente y adulto; aun así, será necesario realizar un control regular. En algunas ocasiones, está indicada la cirugía, que debe estudiarse caso por caso, para corregir la parte del pie dolorosa (dedos, metatarsianos, talón, etc.); no se deben realizar intervenciones demasiado amplias, cuya evolución no siempre es favorable y no impiden ni la progresión ni las complicaciones de la deformidad.
Journal: EMC - Aparato Locomotor - Volume 47, Issue 3, September 2014, Pages 1–10