Gripe estacional infantil

La gripe estacional es un cuadro reconocido en la actualidad en la infancia. Sigue estando subestimada debido a que los síntomas son inespecíficos y existe una superposición con otras epidemias virales invernales. Durante las epidemias anuales estacionales, la tasa de infección es más elevada en los niños, sobre todo de edad escolar, lo que contribuye a la amplia difusión del virus de la gripe. La incidencia de la enfermedad gripal causante de hospitalización es máxima en los niños menores de 2 años, sobre todo de 0-6 meses. Los cuadros clínicos de las gripes A y B son parecidos (especificidad de las miositis en la gripe B). Las complicaciones afectan sobre todo al sistema respiratorio (otitis medias agudas y neumonías, la bronquitis forma parte del cuadro clínico usual), aunque pueden afectar a todos los órganos (infrecuente). Las complicaciones son más frecuentes y más graves en los niños con factores de riesgo. Aunque la morbilidad es globalmente elevada, la mortalidad es escasa (pero no nula) en los niños. Las pruebas de diagnóstico rápido «a la cabecera del paciente» son para el médico de atención primaria una ayuda para el diagnóstico en los niños, con una especificidad muy buena y una sensibilidad satisfactoria, lo que evita otras pruebas y otros tratamientos (sobre todo antibióticos), además de permitir proponer un tratamiento específico de la gripe (antineuraminidasas [oseltamivir y zanamivir]) debidamente, que se prescribe en caso de gripe confirmada o de alta sospecha (personas de riesgo). La vacunación es el primer método de prevención. En Francia, por ejemplo, se recomienda en personas a partir de 6 meses con factores de riesgo médico, mujeres embarazadas en cualquier trimestre (lo que garantiza su protección y la de su recién nacido hasta los 6 meses) y todos los profesionales sanitarios que trabajan en relación con la primera infancia. Estas recomendaciones se siguen de forma insuficiente. En la actualidad, algunos países tienen una estrategia de vacunación de rutina en los niños a partir de los 6 meses. La vacuna viva atenuada administrada por vía nasal debería permitir eliminar algunos obstáculos.