Postfire Vegetation Dynamics in Three Rangelands of Northeastern Patagonia, Argentina

En muchos pastizales naturales del mundo, el papel del fuego en la dinámica de la vegetación ha sido objeto de estudios detallados desde hace un largo tiempo. En Argentina, especialmente en Patagonia, el conocimiento del rol de fuego como factor modelador de la vegetación es escaso. Nosotros determinamos la estructura de la vegetación (cobertura, densidad y biomasa) en tres áreas quemadas accidentalmente en diferentes años (1988, 1994 y 1998) y la comparamos con áreas adyacentes, no quemadas. Basados en esta información presentamos un modelo cualitativo de estados-y-transiciones. Para los sitios quemados en 1998 y 1994, tanto la biomasa aérea como la densidad y cobertura de los pastos perennes fueron significativamente (P ≤ 0.05) mayores respecto a las áreas no quemadas. Por el contrario, la cobertura total de arbustos, al igual que la densidad de la mayoría de las especies registradas, fue significativamente (P ≤ 0.05) menor en las áreas quemadas que en las no quemadas, alcanzando el 49,7%, 15,0% y 5,5% del total de cobertura arbustiva de las áreas no quemadas para los fuegos ocurridos en los años 1988, 1994 y 1998, respectivamente. La incidencia de distintas historias de uso y fuegos de distinta intensidad, combinado con una alta variabilidad de las lluvias, dificultan el pronóstico de los cambios en la vegetación posterior a los incendios. Sin embargo, podemos concluir que el fuego transformó la estepa arbustiva, un estado persistente, dominante en los tres sitios estudiados, en estepas herbáceas con arbustos, las cuales representarían estados transitorios. Estos cambios en la estructura de la vegetación se han mantenido por mas de 10 años. Desde la perspectiva de la producción ovina, el incremento significativo en la biomasa de pastos perennes y la disminución de arbustos no forrajeros representan una mejora importante en la condición de los pastizales. De todas maneras, la persistencia del estado dominado por pastos perennes dependerá en gran medida de la ocurrencia de nuevos incendios que favorezcan el control de los arbustos en las áreas recientemente quemadas.